La fobia social consiste en un malestar generalmente intenso, que cursa con ansiedad y que la persona lo acusa en sociedad. Desde ir por la calle hasta hablar en público, las situaciones pueden ser muchas„ comer y beber en público, escribir en público, mantener una conversación con conocidos o bien con desconocidos, estar expuesto a la vista de los demás.
Los síntomas son de malestar intenso, ansiedad, palpitaciones, sensación de ahogo, rubor, temblor, torpeza, dificultad de concentración, sudoración, escalofríos. Todo esto conduce a que el sujeto esté incómodo con los demás y evite reunirse o salir a la calle aunque lo desee.
Existe un temor a la evaluación negativa de la gente o a ser tomado por un ser extraño, enfermo mental grave o un sujeto raro, con sensaciones de miedo de poder ser observado o mirado por el resto de la gente. La fobia social puede ser concreta a alguna situación (hablar en público por ejemplo) o bien generalizada a todo tipo de situaciones. Suele aparecer en la adolescencia o inmediatamente después y el número de casos no es escaso. Es una patología invalidante que repercute a nivel personal, social y también en el plano familiar y laboral. El diagnóstico diferencial se realiza mucho con la timidez pero muchos sujetos que lo padecen no han tenido timidez en la infancia.
El tratamiento encaminado a resolver la patología confiere seguridad , disminuyendo significativamente el malestar intenso de quién lo padece, reintegrándose de nuevo a la sociedad.
