EL SÍNDROME DE LA TUMBONA

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Todo un año con responsabilidades, trabajo y presiones. Por fin llegan las vacaciones cargadas de proyectos y de ilusiones. Entonces aparece en determinadas personas el «estrés vacacional» o síndrome de la tumbona. Las personas quieren dejar todo su trabajo controlado, al mismo tiempo que tiene que estar todo a la perfección, coche, billetes de avión, estancia en hotel o arreglada la casa de veraneo. Las vacaciones tienen que ser estupendas y no desaprovechar un minuto.

Entonces es cuando comienza a aparecer este síndrome que se caracteriza por una serie de síntomas que suelen ser transitorios, ligera ansiedad, irascibilidad y un estado afectivo con malhumor que invade a las personas y repercute en el entorno.

Frenamos de repente nuestras actividades y cambiamos a unos planteamientos de descanso poco realistas. El cambio no debe ser brusco, y los objetivos y metas tienen que ser realistas no cargando a nuestras espaldas un exceso de actividades, tertulias, reuniones familiares y libros que es imposible digerir en la ansiada agenda estival 

Se recomienda dormir un número de horas suficientes, aprovechar los momentos de ocio, llevar una higiene a nivel de alimentación y de hidratación. Asimismo no generar grandes expectativas de las tertulias veraniegas y pensar que vamos a pasar un rato agradable. Ser tolerante con la familia y amigos en época estival es otro de los consejos. También es recomendable apagar el ordenador todo lo que se pueda así como el teléfono móvil si podemos.

La laxitud, la tolerancia y la espontaneidad son premisas para unos días de descanso. Realizar ejercicio moderado, una alimentación equilibrada y tener una buena higiene del sueño nos va a ayudar a combatir el síndrome de la tumbona o estrés vacacional. Vivir un poco al aire libre y sin apreturas de horarios. Sobre todo recuerden que la agenda estival debe ser mucho más ligera que la del resto del año. Que las disfruten.