¿Alguna vez has notado una desproporción persistente entre la parte superior e inferior del cuerpo, acompañada de cansancio, dolor o hematomas frecuentes? Los especialistas de Clínica Simarro han observado que a menudo el lipedema se confunde con obesidad o celulitis, una enfermedad del tejido graso aún poco conocida que afecta a un número significativo de mujeres en todo el mundo.
El lipedema: más allá del sobrepeso
El lipedema no es simplemente una acumulación de grasa por malos hábitos. Se trata de una patología crónica, inflamatoria y hereditaria, que provoca un aumento simétrico y doloroso del tejido adiposo, especialmente en piernas (y, en algunos casos, en brazos), con una escasa respuesta a la dieta o al ejercicio. De hecho, muchas mujeres con lipedema tienen un índice de masa corporal normal, pero presentan una distribución anómala de la grasa corporal.
Diagnósticos erróneos y una falta preocupante de información
Uno de los grandes problemas del lipedema es su invisibilización médica y social. Muchas pacientes, al buscar ayuda, se enfrentan a recomendaciones que no abordan el problema real: comer menos, hacer más ejercicio, o incluso aceptar que “es su constitución”. Esta falta de comprensión no solo retrasa el diagnóstico, sino que también puede conducir a prácticas dañinas como dietas extremas o entrenamientos inadecuados.
Síntomas que no deberías ignorar
Dolor, pesadez, hinchazón, aparición fácil de hematomas, insomnio, fatiga o desajustes hormonales como los trastornos menstruales… Todos estos síntomas podrían estar relacionados con el lipedema. Detectarlo a tiempo es clave para evitar que la enfermedad progrese y afecte aún más la calidad de vida.
Una enfermedad con rostro (mayoritariamente) femenino
Aunque puede presentarse en varones, el lipedema afecta sobre todo a mujeres, generalmente a partir de cambios hormonales importantes como la pubertad, el embarazo o la menopausia. El origen se considera multifactorial, incluyendo predisposición genética, inflamación crónica e influencias hormonales, especialmente por la acción de los estrógenos.
Clasificaciones y grados: entender el alcance del problema
El lipedema se clasifica tanto por localización (tipos I al V, según Schingale) como por gravedad (grados I al III, según Meier-Vollrath y Schmeller). Esta clasificación es crucial para personalizar los tratamientos, que no buscan curar (a día de hoy no existe cura), sino frenar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida.
¿Y ahora qué?
Si crees que podrías estar viviendo con lipedema sin saberlo, lo más importante es acudir a un especialista con experiencia. El diagnóstico sigue siendo clínico, por lo que una evaluación completa y especializada es el primer paso hacia el alivio.
Para un diagnóstico clínico y no quirúrgico del lipedema puedes ponerte en contacto con nosotros. Llevamos más de 15 años tratando esta patología de forma integral y sin cirugía.
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Dr. Puig-Rosado: Cirujano Plástico