LAS EMOCIONES NOS PUEDEN ENFERMAR O SANAR

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A lo largo de los años, muchos estudios científicos han relacionado las emociones con diferentes enfermedades y todos apuntan a la conclusión de que lo que sentimos como emoción da como resultado luego, lo que sentimos físicamente.

Emoción y Sentimiento

Las emociones son estados complejos del organismo, respuestas globales en las que intervienen distintos componentes (Kolb, 2005):

Fisiológicos: se trata de procesos involuntarios como el tono muscular, la respiración, secreciones hormonales, presión sanguínea, etc., que involucran cambios en la actividad del sistema nervioso central y autónomo, así como cambios neuroendocrinos y neuromodulares.

Cognitivos: Procesamiento de información, como decíamos antes, tanto a nivel consciente como inconsciente que influye explícita e implícitamente en nuestra cognición y en nuestra vivencia subjetiva de los acontecimientos.

Conductuales: Expresiones faciales, movimientos corporales, tono de voz, volumen, ritmo, etc., que determinan conductas distintivas de especial utilidad comunicativa.

Las emociones tienen una duración reducida, con una ventana temporal que va desde los segundos a unos cuantos minutos, siendo en forma de estados de ánimo como éstas se prolongan más en el tiempo. Las microexpresiones son emociones visibles que se producen en menos de 1/14 segundos.

El sentimiento en cambio es el resultado de una emoción, sería el vehículo que utiliza la emoción para expresarse, es más racional, la persona que tiene conciencia de un sentimiento tiene acceso al estado anímico propio. La respuesta a un sentimiento puede ser física y/o mental, estando mediada por neurotransmisores como la dopamina, noradrenalina y la serotonina. En cuanto a su duración, el sentimiento es mucho más largo en el tiempo que la emoción, tiene una duración proporcional al tiempo en que nuestro consiente piensa en ellos.

Cuando experimentas una emoción, por ejemplo la emoción de miedo, hay un estímulo que tiene la capacidad de desencadenar una reacción automática. Y esta reacción, por supuesto, empieza en el cerebro, pero luego pasa a reflejarse en el cuerpo, ya sea en el cuerpo real o en nuestra simulación interna del cuerpo. Y entonces tenemos la posibilidad de proyectar esa reacción concreta con varias ideas que se relacionan con esas reacciones y con el objeto que ha causado la reacción. Cuando percibimos todo eso es cuando tenemos un sentimiento.

¿Por qué decimos que una emoción tiene la capacidad de enfermarnos o sanarnos?

Cuando sentimos o nos vemos envueltos en un estado emocional, como por ejemplo la tristeza o la ira, es todo el cuerpo el que reacciona, no solo la mente sino el resto de órganos como el estómago, los intestinos, el corazón,…etc. ¿Quién no ha sentido un nudo en la garganta cuando nos invade una emoción de tristeza o un intenso pinchazo o dolor en la espalda después de una conflicto o discusión con nuestra pareja?Si reprimimos o no expresamos de forma sana una emoción estamos también reprimiendo o inhibiendo  nuestras funciones orgánicas, lo que a la larga se traduce en enfermedades o malestar, ya que se trata de una parte intrínseca del funcionamiento de nuestro cuerpo.

Muchos de nuestros pensamientos de miedo, fracaso, impotencia, rechazo por parte de los demás y de baja valía son generadores de emociones como la ira, la culpa, la vergüenza, el miedo y la tristeza, las cuales son disfuncionales habitualmente, disminuyendo nuestra energía vital y mermando nuestra autoestima. Y estas emociones resultantes van a influir en la aparición de unas conductas disfuncionales que, a fuerza de repetirse, van a crear un hábito o un patrón de respuesta reactivo y automático ante la percepción e interpretación particular de esos acontecimientos

No se trata tan solo de expresar o no reprimir lo que sentimos sino de cómo expresarlo o cómo sentir lo que siento de forma saludable y beneficiosa para nosotros.

Gestionar nuestras emociones es darle un sentido primero al pensamiento generador de la emoción y luego encontrar la forma de actuar en consecuencia a lo que sentimos.

 

En palabras de Mahatma Gandhi:

Tus creencias se convierten en tus pensamientos, 

Tus pensamientos se convierten en tus palabras,

Tus palabras se convierten en tus actos,

Tus actos se convierten en tus hábitos,

Tus hábitos se convierten en tus valores,

Tus valores se convierten en tu destino.

 

 

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