La astenia primaveral como su propio nombre dice comienza en la primavera y se caracteriza por una serie de síntomas como, cansancio, fatiga muscular, trastornos ligeros del sueño y en ocasiones falta de concentración. La fatiga es leve, afectando aproximadamente al dos por ciento de la población.
Según diversos artículos sobre la materia se debe a la disminución de unas hormonas, las endorfinas, que dan sensación de placer y felicidad. Es de carácter transitorio y desaparece en un tiempo. La persona al levantarse se siente algo cansada y baja de energía.
Por esta estación del año se recurre a estimulantes para contrarrestar la sensación de cansan- cio, remedio que no es muy apropiado. La sintomatología remite cuando el organismo del sujeto se adapta al cambio de estación. Para mitigar estos síntomas la dieta debe ser equilibrada, rica en alimentos de la temporada y se puede dar algún complejo polivitamínico rico en minerales y vitaminas. Hacer ejercicio moderado todos los días e hidratarse bebiendo agua suficiente son medidas para combatir el síndrome. Asimismo debe existir una higiene del sueño.
Sí que debemos considerar que no todo síntoma de cansancio en primavera se puede achacar a este síndrome. Hay que descartar enfermedad física así como saber que puede ser el inicio de una patología psiquiátrica. Por lo tanto si el cansancio, la apatía, la falta de energía duran de forma excesiva es aconsejable consultar con su médico o su psiquiatra para prevenir el desarrollo de una patología sobre todo de tinte afectivo como las depresiones.
LAS DEPRESIONES SE PUEDEN CONFUNDIR EN OCASIONES CON LA ASTENIA PRIMAVERAL. UN BUEN DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL PUEDE RESOLVER UNA SITUACIÓN PERSONAL AL PACIENTE Y QUE NO SE AGRAVE LA PATOLOGÍA AFECTIVA.
