MI HIJO NO CAMINA BIEN, ¿QUÉ LE PASA?

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Esta pregunta se la habrá hecho más de una madre o padre en alguna ocasión cuando observa a su hijo andar de una forma que considera que no es la normal. Las más comunes son: «anda como un pato», «da saltitos cuando camina» o «es que se tropieza mucho cuando corre».

Hay que tener en cuenta que cuando nacemos, el ser humano aún no se encuentra desarrollado en su totalidad, sino que los diferentes tejidos y sistemas necesitan una maduración que llevará años. De esta forma, los huesos se forman a partir de unos núcleos de osificación que con el tiempo darán lugar al contorno adecuado para un adulto normal; y el tejido, en principio predominado por cartílago, madurará hacia ya el tejido óseo definitivo. Parecido pasa con el resto de tejidos, que paulatinamente irán madurando para tener una estructura adecuada y llevar a cabo una deambulación lo más fisiológica posible.

Pues bien, cualquier desequilibrio o anomalía que se produzca provocará variaciones en la forma de caminar que podrá desencadenar lesiones tanto a corto como a largo plazo si no se solucionan en el margen de tiempo que el propio organismo nos otorga, tales como patologías musculares y/o tendinosas o dolores por sobrecarga. Esto puede ocasionar que ese niño tenga serias dificultades para practicar ese deporte que tanto le gusta o incluso que tenga que abandonarlo por la demanda biomecánica que  solicita, además del exceso de fatiga que estos desequilibrios ocasionan.

Clínica Lybe es especialista en preocuparse por todo lo relacionado con tu salud y el bienestar físico, estético y personal, por ello entre nuestros servicios se encuentran los de podología infantil con un podólogo cualificado para el diagnóstico y tratamiento de estos desequilibrios que se puedan formar en la manera de caminar de estos niños, realizándose un estudio detallado osteoarticular, musculotendinoso, de la huella plantar y de la marcha.  Y, tras obtener todos los datos, se valorará la posibilidad de seguir un tratamiento o controlar el progreso mediante visitas periódicas. En estos casos, el tratamiento precoz puede servir de gran ayuda corrigiendo, en la manera de lo posible, la patología existente y así evitar sus consecuencias en el futuro.

Porque, la atención de hoy será su agradecimiento de mañana.

 

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