MANIFESTAR LOS SENTIMIENTOS

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Con frecuencia, creemos que basta con sentir, pero no es así, los sentimientos son algo que sentimos profundamente, pero el verdadero valor de los sentimientos, reside en saber manifestarlos, el tener esa cualidad y conexión de LO QUE SIENTO LO EXPRESO.

Hay que matizar muchas veces la expresión de los sentimientos, hay que tener una habilidad especial y un tacto muy particular para que surtan efecto, pero lo que no podemos es guardarlos como un arcano, porque entonces pueden ser incluso autodestructivos.

Kavafis ya decía: “El ser humano es un Dios cuando siente, y un necio cuando sólo sabe pensar”.

Pero también es cierto, que lo que sentimos tiene un valor real y una cotización auténtica, cuando al expresarlo somos capaces de demostrar a los demás lo que llevamos dentro.

Cuando existe un cortocircuito, entre lo que se siente y lo que se expresa, los demás permanecen ajenos a lo que sentimos, y el valor de lo que podamos sentir, se devalúa automáticamente por no expresarlo, se pierde, se diluye en la nada más absoluta, y el vacío se instala en el otro como una losa.

“Caiga quien caiga”, a veces, vale la pena siempre, con la inteligencia suficiente para hacerlo, decir lo que sentimos, y al expresarlo, no sólo liberarnos de esa carga afectivo-emocional, sino también, poner en claro nuestro sentimientos.

Nos cuesta manifestar nuestros sentimientos, hay un PUDOR especial, porque sabemos que nos hace VULNERABLES, FRÁGILES.

“Somos seres sintientes”, pero lo somos mucho más cuando transmitimos a los demás nuestro sentir, cuando contagiamos a los nuestros, en pareja, en familia, con amigos, todo aquello que nuestro corazón alberga, ya que de no ser así, los demás permanecen extraños a nuestros sentimientos y nos crean un vacío y un aislamiento absurdo y además penoso.

No solamente lo que uno siente, lo que puede preverse, sino lo que pierde o se pierde el otro, por no saber cuál es nuestro sentimiento.

¡Sentir pues siempre!, expresarlo como vehículo de participación indispensable. Los sentimientos también son comunicación.

Nunca permitáis que ese puente de unión no una lo que el corazón siente, con lo que de verdad manifiesta a los demás.