El sujeto y su síntoma

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¿Qué es un síntoma? 

Podemos decir que es una forma particular en la que un sujeto expresa un malestar, malestar producido como efecto de un desequilibrio entre diferentes aspectos del sujeto que sufre un conflicto sin resolver. El síntoma es un intento de poder resolver este conflicto, que no logra ser expresado y resuelto por otras vías más  adecuadas, menos mortificantes.

Debido a que el conflicto es profundo e inconsciente, no existe  una forma directa para que el sujeto aborde el mismo. Ideas que causan culpa, recuerdos olvidados, un exceso de represión, etc, son generadores de diferentes tipos de malestar, cuando no manifestaciones en el cuerpo.

Síntoma es aquello que el  paciente dice sobre  esa forma particular  en  la que se expresa su malestar, depresión, estados maníaco-depresivos, crisis de angustia, fobias,  ataques de pánico,  obsesiones,  inhibición grave, trastornos de comportamiento, dificultades en la vida de relación, conflictos familiares y de pareja,  dificultades de aprendizaje, disfunciones sexuales, insomnio, celos,  adicciones, anorexia, bulimia, sentimientos de culpabilidad, un dolor corporal, una parálisissomatizaciones, etc.

Los síntomas son tantos como  diferentes vías tienen los pacientes de expresar su malestar profundo, por tanto no se debe generalizar a la hora de abordarlos y  pensar estrategias terapéuticas, la experiencia nos indica que tanto en su manifestación como en su explicación son  tan particulares como formas específicas de vivirlos tenga cada uno. Por eso es peligroso aceptar, sin más, explicaciones generales que sirvan para todos, como si se tratara de dar concejos fáciles que se pudieran ajustar a todos los miembros de una  “categoría” (ludópadas, trastornos alimentarios, trastornos de conducta, depresiones, adicciones, conductas  compulsivas,  etc), utilizando una norma para cada patología de acuerdo a un “protocolo de actuación” generalizable a todos los integrantes de una categoría de  síntoma,  dejando  fijado y reduciendo al sujeto a esa categoría, corriendo el riesgo de establecer una relación de dependencia con el  profesional o con la  medicación.

Los pacientes expresan la imposibilidad de explicar lo que les pasa, o saben que la causa escapa a su comprensión, pero “saben” que el malestar se encuentra en un lugar de su ser, único. O sea, el síntoma como tal, no es comprensible en la forma clásica de la Medicina, donde un médico lo nombra y explica, estableciendo un tratamiento. En la clínica psicoanalítica el síntoma es aquel que el paciente mismo reconoce como propio, no reconocido solo desde el exterior a su  ser, sino expresado en su propio decir, dicho con sus palabras. El encuentro con un psicoanalista va a implicar una formalización del síntoma, “a mí me sucede…”, “no sé porqué lo  hago…”, “no puedo dejar de…”, etc., son las diferentes modalidades en las que un sujeto da cuenta de sus síntomas. Podemos pensar que el síntoma para el paciente es algo para lo cual no tiene  una explicación, un saber que cumpla una función de verdad, y por lo tanto genera la necesidad de ser escuchado,  para buscar y construir una  explicación a  lo que  le sucede.

 

Lic. H. Alejandro Afonso Lateulade

Psicoanalista