EL TEMIDO EFECTO YO-YO

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Hay muchas personas que a fuerza de hacer dieta de un modo casi permanente han obtenido el efecto contrario al deseado: en lugar de perder peso han cogido kilos de más. Primero se privan, luego vuelven a comer, pierden peso y lo ganan de nuevo. Ése fenómeno, es lo que se conoce como “efecto yoyó”, algo que, por desgracia, es casi tan habitual como el hecho de hacer dieta.

Este efecto se produce sobretodo, tras las dietas exprés o milagro, que prometen resultados espectaculares en poco tiempo. Y aunque es cierto que los resultados se dejan ver con rapidez en la báscula, el temido efecto rebote está casi garantizado ya que el organismo necesita un periodo de aprendizaje y adaptación a unos nuevos hábitos alimentarios.

El tratamiento ideal para el control de la obesidad y el sobrepeso ha de ser multidisciplinario es decir un tratamiento integral que conste de los siguientes pasos:

  1. Programa De Alimentación

“Las normas de alimentación deben ser sencillas y llevaderas”

No se trata de una dieta más. Es un programa de alimentación adecuado a cada paciente, como un traje hecho a medida, teniendo en cuenta su estilo de vida, sus gustos, sus horarios e incluso su presupuesto.

  1. Aumento de la Actividad Física

“Debe adaptarse a cada edad y cada persona”

Es fundamental en el tratamiento de la obesidad. Aumenta el consumo de energía, ayuda a combatir el estrés y mejora el estado de ánimo y la autoestima.

Una dieta hipocalórica por sí sola disminuye tanto la masa grasa como la muscular mientras que con la combinación de dieta y ejercicio conseguimos perder grasa, pero manteniendo el músculo.

  1. Modificación del Estilo de Vida

“Los cambios deben ser progresivos y sencillos de realizar”

El tratamiento de la obesidad, supone cambios en los hábitos y el estilo de vida de la persona que se pone en tratamiento.

Estos cambios han de ser lo más atractivos posible y deben recordar siempre sus ventajas. Un nuevo hábito a incorporar en su vida diaria será el de saber reconocer la grasa oculta presente en muchos alimentos para poder evitarla, así como las claves para manejar la compra y cocinado de los mismos.

2. Seguimiento a Medio y Largo Plazo

“Es fundamental para evitar la recuperación del peso perdido”

La pérdida de peso debe ser gradual, lenta y encaminada a evitar su recuperación. Es preferible una pérdida lenta de peso a una rápida. Perder peso de forma rápida es poco recomendable para la salud y conlleva muchas posibilidades de recuperarlo.

 

¿COMO EVITAR EL EFECTO YO-YÓ?

¡Quizás lo más difícil sea evitar las prisas por adelgazar!

El organismo necesita un tiempo para adaptarse a los cambios hasta conseguir el peso deseado y mantenerlo. En la práctica, para aumentar las posibilidades de mantener el peso alcanzados lo conveniente es:

  1. Consumir suficientes proteínas.
  2. Evitar los azúcares simples (dulces, caramelos, terrón de azúcar en el café o en el té, refrescos, etc.).
  3. Reducir la ingesta de carbohidratos con un índice glucémico alto (postres azucarados, harinas blancas, cereales refinados, arroz blanco, patatas, etc.)
  4. Aumentar el consumo de alimentos con un índice glucémico bajo (sustitutivos del azúcar, harina y cereales integrales, arroz integral o arroz basmati, verduras, legumbres, etc.)
  5. Cuidado, los azúcares rápidos se suelen incluir muy a menudo, sin nuestro conocimiento, en muchos productos preparados: salsas, platos precocinados o preparados, etc.
  6. Evidentemente, los aportes en materia grasa deben mantenerse en un nivel razonable

Con las dietas milagro cuya duración no suele exceder de dos semanas, se pierde peso y volumen a expensas de glucógeno, proteínas, agua y minerales, y no de grasa, que es lo que realmente se quiere y se debe perder.

 

Clínica Cunill