PNL – LA CORDURA EMOCIONAL

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Hasta el momento el actual sistema educativo ha estado haciendo mucho hincapié en que los alumnos memoricen intelectualmente una serie de datos, la inteligencia se ha estado midiendo sólo por la capacidad de acumular diversos ítems de información. Afortunadamente ya van emergiendo otros factores a valorar en el momento de establecer criterios sobre lo que es la inteligencia; ya se va apreciando que al igual que poseer un violín no te hace violinista, el poseer una mente privilegiada no te hace inteligente.

La educación emocional en nuestra sociedad se limita a la habilidad de esconder, reprimir las emociones. Hombres que no se permiten llorar, mujeres que no tienen permiso para expresar su rabia y su frustración; todo porque culturalmente “está mal visto”. Por un lado nos piden que seamos humanos, y por otro lado nos prefieren robotizados, que ninguna emoción altere “la normalidad”. ¿Qué hacer, pues?

Ser inteligente no te exime de perder la cordura cuando las emociones se desbordan. Existen infinidad de personas inteligentes que por cuestión de celos, por ejemplo, pierden la cordura y el discernimiento, y arremeten con todo lo que encuentran a su paso sin tener en cuenta las posteriores consecuencias. Amigos, familiares (incluidos los hijos), dignidad y autoestima, son valores sin importancia cuando se pierden cuando se dejan llevar por los celos, pongo por caso, aunque pueden darse otras razones.

Con la represión emocional aparecen todos los síntomas del estrés, y cuando la presión acumulada llega al más alto nivel, deviene en locura. En este estado de locura, las emociones llevan las riendas, te arrastran, parece no haber más opción que llegar hasta el final, no hay inteligencia que valga; los sentidos se nublan, no ves, no oyes, ya no tienes el control y sólo quieres llegar al estado más doloroso posible con tal de que acabe pronto, sólo deseas que termine. Esta respuesta tan violenta se convierte en un auténtico tsunami emocional que destruye todo lo que pilla por delante: la confianza, el respeto, el cariño, la amistad, etc., (¡con lo que cuestan edificar!). Pero, además, en nuestros procesos vitales internos también es una auténtica batalla, todo nuestro cuerpo anda alterado, tanto nuestro sistema endocrino como nuestro sistema inmunológico se ponen en situación de alarma y tratando de protegernos ante esta emergencia dejan de hacer su trabajo habitual, dejando algunos puntos clave de nuestra salud por atender. Una emergencia es siempre prioritaria y atenderla suele ser una locura. Lo lamentable es que en esta situación no sólo tu salud se resiente, también las personas inocentes que te llevas por delante corren la misma suerte.

Cuesta mucho recuperar la cordura emocional si no aprendes a hacerlo e integrarlo en ti como una manera de estar en el mundo. Esto conlleva implicaciones tan profundas que el cambio de comportamiento no es suficiente, la solución requiere que resuelvas una serie de incongruencias internas, elaborar una nueva jerarquía de valores que te devuelvan la cordura y revisar lo que crees con respecto al mundo, a la vida, con respecto a ti mismo.

La Programación Neurolingüística (PNL) es el método al servicio de la educación para la evolución y desarrollo del ser humano por excelencia, ya que, desde su enfoque, lo que falla no es sentir una cosa o la otra, lo que nos complica la vida es: ¿Qué hacer cuando siento esto que me hace sufrir tanto? ¿Qué hacer para tener control sobre ello y que “eso” no me controle a mi? y, lo más interesante ¿Qué hacer para prevenirlo y que no aparezca nunca más de esa forma tan virulenta?. ¿Qué hacer para recuperar y mantener mi cordura emocional?.