UNA NUEVA TERAPIA PUEDE AYUDARTE A CRECER: LA REEDUCACIÓN GRÁFICA O GRAFOTERAPIA

1836

 

  • Es una terapia basada en el cambio de escritura.

Nuestra escritura es parte de nosotros y surge de forma espontánea y natural. Para hacerla, además de la mano (Que es el órgano que la ejecuta, algo totalmente motor), están implicados otros procesos internos (Como la memoria, los sentimientos, el gusto estético, la fluidez verbal, el conocimiento del lenguaje, el estado de ánimo…).

Por esto mismo, podemos deducir que una gran cantidad de áreas cerebrales actúan en el momento de escribir. Se implican millones de neuronas de nuestro cerebro que crean rutas específicas para llevar a cabo este proceso.

Pero debemos tener en cuenta que esas rutas no están cerradas y pueden modificarse y de hecho lo hacen a lo largo de nuestra vida, por lo que nuestra escritura está en continuo proceso de cambio.

La Grafoterapia aprovecha la plasticidad de las conexiones neuronales e influye en este proceso. Actúa desde fuera hacia dentro del cerebro, de tal forma que crea las rutas en sentido inverso.

En este tipo de terapia basada en el cambio de escritura, como se ha dicho,  se dan pautas concretas para modificar aquellos rasgos gráficos que inciden en la característica psicológica que se desea moldear (Conseguir mayor voluntad, optimismo, orden, extraversión, sinceridad, emotividad….) a través de sencillos ejercicios grafomotrices y de escritura.

 

  • El proceso es lento; se necesita un tiempo de al menos cuatro o seis meses para obtener resultados

El proceso lleva un tiempo, ya que para conseguir los objetivos deseados es necesario que los cambios de la escritura se hagan fijos y se reflejen en la letra espontánea, es decir que salgan sin prestar atención y de forma totalmente inconsciente.

Es necesario realizar unos ejercicios de escritura por la mañana y por la noche, de forma constante, para conseguir los resultados deseados. Se trata de repetir los gestos dos veces al día para que se fijen en la mente y para que se formen las nuevas conexiones neuronales que representarán la modificación definitiva.

Al principio resulta un poco costoso, pero en el momento en que se adquiere el hábito de escribir se hace como algo natural, es como una rutina más.

 

  • El tiempo de dedicación no es excesivo para los resultados que se pueden conseguir

Solo es necesario invertir diez o quince minutos por la mañana y otros diez o quince por la noche para hacer los ejercicios.

También hay que acudir a una sesión semanal al principio que se va alargando (quince días, tres semanas y un mes) en el momento en que se ha adquirido el hábito y a medida que se van cumpliendo los objetivos.

Estas sesiones sirven de control y valoración de la letra y también de ayuda en la superación de dificultades o problemas personales. A la terapia gráfica también se le puede acompañar de otras técnicas psicológicas para maximizar los resultados.

El tiempo estimado para notar el cambio es de tres meses aproximadamente, tiempo que puede reducirse un poco con constancia y dedicación, pero también alargarse si no se realizan los ejercicios con asiduidad. A partir de esos tres meses se van distanciando las sesiones, siempre en función de las modificaciones observadas en la letra.

 

  • Los resultados son positivos y duraderos

Los resultados que se obtienen son positivos. En la mayoría de los casos se puede conseguir un mayor equilibrio emocional y estabilidad personal, así como mejorar la voluntad y la seguridad. Además se trabajarán aquellos aspectos que cada uno necesite modificar (Sociabilidad, autoestima, constancia, independencia emocional…) y que generalmente son aquellos que les llevan a iniciar una terapia de cualquier tipo, si bien es importante saber que para obtener un resultado la persona que inicia esta terapia tendrá que ser constante y esforzarse diariamente para ello.

Cabe destacar que mediante la reeducación gráfica no pueden tratarse problemas médicos o psiquiátricos que han de valorarse y tratarse desde el campo de la Medicina o de la Psiquiatría.

 

Carmen Belda García-Fresca

Directora de CENPSIGRAF PSICÓLOGOS