COMO AYUDAR A NUESTROS HIJOS AL COMIENZO DEL CURSO

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Las vacaciones de verano han terminado y debemos volver a la rutina y a los horarios del otoño, con la dificultad de que los días siguen siendo calurosos y no tenemos la impresión en nuestro fuero interno de que nada haya cambiado.

Esta situación provoca en muchos casos emociones encontradas de desasosiego, rebeldía, ansiedad y tristeza, que hemos de superar desde la aceptación y la serenidad, para poder transmitir a nuestros hijos el equilibrio emocional que necesitan en su vuelta a las tareas escolares.

Como nos ocurre a los adultos después de tomarnos un tiempo de vacaciones en nuestro trabajo, los niños también deben adaptarse progresivamente a esta nueva situación, suponiendo, en muchos casos, un importante esfuerzo físico y psíquico.

Esta vuelta al trabajo escolar de nuestros hijos pueden experimentarla desde la alegría de volver a ver a sus nuevos compañeros, poder jugar con más amigos, e incluso en el caso de los más estudiosos, poder reanudar sus estudios pero  en muchos casos la vivencia es bien distinta, afrontar el día a día en el centro escolar les puede provocar tristeza, ansiedad, que paulatinamente tendrá que desvanecerse con la ayuda de los profesores y de nosotros mismos. Es necesario estar alerta a los indicios o síntomas de rutinas diferentes en nuestros hijos, no dejarles que se refugien en videoconsolas, o juegos de ordenador, sobre todo durante la semana y por supuesto en el caso de los más mayores que el teléfono móvil no sea una vía de escape del contexto familiar.

Es aconsejable realizar una reunión familiar, donde expongamos cada uno de nosotros, desde la igualdad, cómo nos sentimos, qué ha supuesto esta vuelta de vacaciones, qué podemos mejorar de manera individual y en qué nos podemos ayudar unos a otros dentro del contexto familiar, no cayendo en la “trampa”, de que se necesitan más los “WhatsApps”, para saber de sus amigos, o de juegos interactivos para sentirse felices.

Sería conveniente adecuar unas normas igualatorias, con unos horarios para la familia, de modo que tengamos un momento diario en el que compartir experiencias sea inclusive a la hora de la cena, en el caso de los menores que comen en comedor escolar.

Las normas han de ser consensuadas y dirigidas por los padres, sin discusiones y moderando uno de los padres. Si lo hacemos desde el principio evitaremos que escojan su horario de levantarse, o de cenar por su cuenta, en el caso de los más mayores cuando lo deseen.

Una buena opción es utilizar la música para ayudarnos a marcar los tiempos de cada rutina. Una música de ir a dormir, minutos antes de comenzar con el ritual de irse a la cama, una música para levantarse antes incluso de que despierten y en crecento para que se levanten a su hora. Una música estimulante a la hora de vestirse, desayunar y salir para el cole. Y por la tarde, una música de bienvenida relajante y muy especial que identifiquen con su hogar, para ayudarles a sentirse seguros.

La práctica del mindfulness formal e informal con sus hijos les ayudará a conseguir una incorporación a la nueva rutina desde la aceptación y el compromiso de toda la familia.

En Psicotaduy somos conscientes de la necesidad que hoy en día tenemos de reencontrarnos con nosotros mismo y conseguir la calma y el equilibrio para que nuestros hijos la encuentren a través de nosotros mismos, por ello, mostramos a los niños y a los padres como iniciarse en la práctica del mindfulness y su continuidad a lo largo de todo el curso escolar para poder afrontar las dificultades que surjan a lo largo de este nuevo curso, implementando en la psicopedagogía las técnicas de mindfulness.

 

 

 

Psicotaduy Educación y Salud: diagnóstico y intervención.